jueves, 1 de marzo de 2012

Y la familia....¿qué dice?

Cuando un ser querido muere, los principales afectados son los familiares. Ellos son quiénes afrontan la triste realidad y es por eso que muchas veces no aceptan la donación de órganos. Su principal temor es que les pregunten si quieren donar, porque ellos son los responsables de tomar esa decisión.

Cuando el médico llega a la sala de espera, pregunta por los familiares, los observa y con mucha discresión les pregunta si quisieran donar los órganos, en ese momento, se vienen muchas ideas a la cabeza. Una de ellas es, ¿por qué si ve mi sufrimiento, me pregunta si le quiero quitar una parte de su cuerpo a mi hijo, hija, esposo, madre, cualquiera que sea el caso?, ¿por qué no se apiada de mí y ve el dolor que tengo por dentro?.

Otra idea es, bueno si los quiero donar pero, ¿quién me garantiza que en realidad se van a ocupar esos órganos? o ¿qué tal si los venden?. Si nos ponemos a pensar, el tráfico de órganos es un acto ilegal, pero para que este suceda, el paciente tuvo que haber acudido a un centro en dónde no tienen licencia de funcionamiento y el médico no tiene derecho a hacer ese tipo de extracción. Para que una donación se de, primero debe haber una autorización del Centro Nacional de Trasplantes, y el hospital y el médico tienen que estar capacitados y con el derecho para realizar la operación.

Así que no hay porque temer, si uno está en un buen hospital y con las mejores manos, no temamos. Además pongámonos a pensar en todas aquellas personas que se debaten entre la vida y la muerte y que depende de tu decisión. Que los minutos que tu te pases pensando si sí o si no son vitales para que esa persona sobreviva.

No dejes que los demás mueran, si de tí dependen.!

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